Los siguientes textos deben permitirte hacer una redacción sobre la dictadura de Primo de Rivera. Teniendo en cuenta los documentos y su contextualización, debes atender cuando menos a las circunstancias de su llegada al poder, sus principales características y su evolución a lo largo del tiempo.
Documento 1:
!Esta es una solución firme, pero no definitiva. Es un paréntesis de curación. Queremos borrar todos los vestigios de la política desprestigiada y establecer un régimen nuevo. El directorio asumirá el poder durante quince, veinte, treinta días, el plazo necesario para que el pueblo mismo nos facilite hombres públicos civiles, pero no pertenecientes a la clase política, capaces de gobernarlo. Para garantizar la tranquilidad del país y nuestra independencia durante este período necesitábamos acudir a medidas de excepción. Por eso se declaró el estado de guerra en toda España y en breve suspenderemos las garantías. (...) Vamos a disolver las Cortes. No con el propósito de gobernar sin ellas, sino simplemente para ver el modo de elegir otras mejores (...). No, no queremos derogar la Constitución. El que pasa es que probablemente nos veremos obligados a saltar sobre ella, siempre con un bueno propósito. (...)!
Entrevista a Miguel Primo de Rivera, El Sol. 16-9-1923
Documento 2:
“En suma, señor, para exponer mi pensamiento clara y sinceramente, lo que propongo a V.M. es el relevo de una dictadura militar por otra civil y de organización más idónea, pero no menos vigorosa. Y me permito proponerlo así, recogiendo el ansia popular, que solo teme del cambio de gobierno que se debiliten los resortes del mando que fueron carácter del Directorio militar, cuya vida, como genuina representación del ejército y de la marina, que tan patrióticamente ofrecieron el prestigio de sus nombres corporativos la esta arriesgada labor, no debe llevarse a momento de desgaste o de quebranto; ni tampoco debe sustraerse por más tiempo al país, en su representación civil, que es la idónea y tan manifiestamente está de nuestra parte, la participación y la responsabilidad en la obra de reconstituirlo y reeducarlo administrativa y políticamente”
Propuesta de Primo de Rivera a Alfonso XIII para sustituir el Directorio
Militar por un Directorio Civil (1925)
Documento 3:
“Las dictaduras propenden fatalmente al intervencionismo. Su omnímodo poder es incompatible con la inhibición [...]. El intervencionismo de Primo de Rivera abarcó la agricultura, la industria, el mismo comercio [...]. Primo de Rivera profesó un entusiasta nacionalismo económico, que yo compartí con el más caluroso fervor. Pero nuestro nacionalismo se mantuvo dentro de correctísimos límites. A juicio del general, España debía nacionalizar únicamente: a) las industrias cuya primera materias obtiene en nuestro territorio; b) las que dentro del ámbito nacional de consumo pueden hallar mercado suficiente de vida; c) las indispensables para asegurar nuestra independencia política nacional [...]. En la obra de la Dictadura abundan las aplicaciones tangibles de este designio nacionalizador. En la industria del plomo, incluida en el primer grupo, se aspiró a salvar la minería, estimulando la transformación industrial de España; entre las del segundo grupo, mereció nuestra máxima atención la industria del automóvil, que cuenta con mercado suficiente en el país y estaba llamada a cobrar vuelos inmensos [...]; y, entre las terceras, es dable aludir a la industria química, y aun a la naval, beneficiada por la Dictadura con notables impulsos, traducidos en la construcción de novísimos buques de guerra, buenos mercantes y buenos tanques.”
J. CALVO SOTELO, Mis servicios al Estado, 1931
!Esta es una solución firme, pero no definitiva. Es un paréntesis de curación. Queremos borrar todos los vestigios de la política desprestigiada y establecer un régimen nuevo. El directorio asumirá el poder durante quince, veinte, treinta días, el plazo necesario para que el pueblo mismo nos facilite hombres públicos civiles, pero no pertenecientes a la clase política, capaces de gobernarlo. Para garantizar la tranquilidad del país y nuestra independencia durante este período necesitábamos acudir a medidas de excepción. Por eso se declaró el estado de guerra en toda España y en breve suspenderemos las garantías. (...) Vamos a disolver las Cortes. No con el propósito de gobernar sin ellas, sino simplemente para ver el modo de elegir otras mejores (...). No, no queremos derogar la Constitución. El que pasa es que probablemente nos veremos obligados a saltar sobre ella, siempre con un bueno propósito. (...)!
Entrevista a Miguel Primo de Rivera, El Sol. 16-9-1923
Documento 2:
“En suma, señor, para exponer mi pensamiento clara y sinceramente, lo que propongo a V.M. es el relevo de una dictadura militar por otra civil y de organización más idónea, pero no menos vigorosa. Y me permito proponerlo así, recogiendo el ansia popular, que solo teme del cambio de gobierno que se debiliten los resortes del mando que fueron carácter del Directorio militar, cuya vida, como genuina representación del ejército y de la marina, que tan patrióticamente ofrecieron el prestigio de sus nombres corporativos la esta arriesgada labor, no debe llevarse a momento de desgaste o de quebranto; ni tampoco debe sustraerse por más tiempo al país, en su representación civil, que es la idónea y tan manifiestamente está de nuestra parte, la participación y la responsabilidad en la obra de reconstituirlo y reeducarlo administrativa y políticamente”
Propuesta de Primo de Rivera a Alfonso XIII para sustituir el Directorio
Militar por un Directorio Civil (1925)
Documento 3:
“Las dictaduras propenden fatalmente al intervencionismo. Su omnímodo poder es incompatible con la inhibición [...]. El intervencionismo de Primo de Rivera abarcó la agricultura, la industria, el mismo comercio [...]. Primo de Rivera profesó un entusiasta nacionalismo económico, que yo compartí con el más caluroso fervor. Pero nuestro nacionalismo se mantuvo dentro de correctísimos límites. A juicio del general, España debía nacionalizar únicamente: a) las industrias cuya primera materias obtiene en nuestro territorio; b) las que dentro del ámbito nacional de consumo pueden hallar mercado suficiente de vida; c) las indispensables para asegurar nuestra independencia política nacional [...]. En la obra de la Dictadura abundan las aplicaciones tangibles de este designio nacionalizador. En la industria del plomo, incluida en el primer grupo, se aspiró a salvar la minería, estimulando la transformación industrial de España; entre las del segundo grupo, mereció nuestra máxima atención la industria del automóvil, que cuenta con mercado suficiente en el país y estaba llamada a cobrar vuelos inmensos [...]; y, entre las terceras, es dable aludir a la industria química, y aun a la naval, beneficiada por la Dictadura con notables impulsos, traducidos en la construcción de novísimos buques de guerra, buenos mercantes y buenos tanques.”
J. CALVO SOTELO, Mis servicios al Estado, 1931
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