martes, 29 de enero de 2019

Esquema tema 8: La vida política de la Restauración (turno, caciquismo y fraude electoral)

Introducción: resumen  de los acontecimientos del Sexenio democrático, como en el tema anterior, así como del relato de como Alfonso XII llega al trono y comienza el sistema.

Desarrollo y temas:


Resumen de las características del sistema (sacado del tema anterior, muy resumido para llegar pronto al meollo)


Descripción del turnismo, alternancia entre el Partido Conservador (herederos de los moderados) y el Partido Liberal (heredero de los progresistas), con Cánovas y Sagasta como representantes. Pese a existir diferencias reales en la acción de gobierno (apertura del sufragio, derechos de los trabajadores, etc.), unidad de intención en la defensa de un sistema fundamentalmente corrupto. (pag. 263-265)

Corrupción determinada por el fraude electoral elevado a la categoría de arte, con elecciones decididas hasta su mínimo detalle antes de celebrarse, como parte de un a sociedad unida por el clientelismo (caciquismo, cesantes en la administración, etc.)


Detalles de como se organizaba del sistema: 


  • En el momento que existía algún tipo de crisis económica o política, o si había pasado demasiado tiempo de gobierno monocolor, el rey llamaba a gobernar a uno de los dos grandes partidos del sistema: si gobernaba el Partido Liberal, llamaba al Partido Conservador y viceversa. Es decir, el primer paso era contar con el apoyo de la corona.

  • Como el régimen de la Restauración era un sistema parlamentario, se hacía preciso que el nuevo gobierno contara con el respaldo de las Cortes (es decir, el rey nombraba al Presidente del Gobierno, pero el Presidente necesitaba el apoyo del parlamento). Para ello, el rey disolvía las Cortes y se convocaban nuevas elecciones, que se manipulaban para que obtuviera mayoría el partido que debía formar el gobierno.

  • Cómo se manipulaba? El partido encargado de convocar las elecciones (el recién nombrado) fabricaba las listas de encasillados, los diputados que debían ser elegidos en cada circunscripción, por parte del ministro de la Gobernación con ayuda de los gobernadores civiles de las provincias. Una vez decidido quien iba a ser elegido, se compinchaban con los alcaldes y los caciques de los municipios (normalmente terratenientes con gran influencia económica en su provincia), que eran los encargados de que los cotos dieran el resultado diseñado.

  • Como se conseguía que los votos fueran los previstos?... Con mucho cuidado ;-p. Ahora en serio, con muchos métodos: 
    • presión de los caciques con promesas y amenazas económicas
    • presión de la Guardia Civil por métodos "más directos"
    • alteración de los horarios de votación
    • encarcelamiento el día de las elecciones de los "sospechosos habituales" (los miembros de partidos no turnistas)
    • alteración de las listas electorales, sacando del censo a los revoltosos o incluyendo a electores ya fallecidos que, en su eterno descanso, eran lo suficientemente sabios como para votar a quien debían
    • si todo lo anterior fallaba, pucherazo: se coge la urna de los votos, se rompe, se sacan los votos "malos", se meten los votos correctos y se hace el recuento

  • Milagrosamente, todo salía como había sido diseñado, y el partido recién nombrado conseguía el 70-80% de los diputados y el saliente el 15-20%, con migajas para el resto.

La consolidación del turnismo tuvo lugar en la etapa de la regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902), especialmente tras el gobierno largo liberal (1885-1890) y el llamado Pacto de El Pardo (1885), que estableció tras la muerte de Alfonso XII el acuerdo entre Cánovas, Sagasta y la regente de turnarse el poder con el fin de asegurar la propia monarquía ante la doble amenaza carlista y republicana. Funcionó con cierta estabilidad hasta finales de siglo. A partir de 1897, acontecimientos como el asesinato de Cánovas del Castillo, la crisis cubana y el fallecimiento de Sagasta hicieron que tanto la situación del país como la situación interna de los partidos empeorará paulatinamente, hasta que en 1917 se terminará definitivamente el turnismo.



Conclusión:

El mecanismo del turnismo permitió estabilidad y cierta representatividad, algo superior al periodo isabelino, pero en el fondo era tan poco democrático como este, reduciendo el poder político a unas minorías privilegiadas. A pesar de que permitía la existencia de muchos partidos ajenos al sistema (no todos), les impedía cumplir su función. Amplificó de manera brutal la ya existente tendencia de los políticos a ignorar la opinión pública (si te inventas los resultados electorales, te da igual lo que piense la gente), lo que hizo que la clase dirigente no detectara la radicalización hasta que fue demasiado tarde, haciendo imposible una reforma exitosa del sistema. 

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