Muchos sitúan el fin de la transición en 1982, por el acceso al poder de un partido de izquierdas, y no cualquier: el PSOE, el mismo que protagonizó la vida política en la 2ª República. La amplia victoria
electoral (202 diputados, la más amplia del periodo actual) va a permitir la normalidad de la
alternancia en el poder y la culminación del proceso autonómico. Felipe González fue presidente del gobierno hasta 1996: durante esos años
España modernizó su economía, implantó un Estado de Bienestar
efectivo y normalizó su posición internacional.
El
PSOE desde el Congreso de Suresnes de 1974 había apostado por una
estrategia política moderada, arrinconando a los dirigentes "históricos" herederos del PSOE revolucionario de los años 30. Felipe González y Alfonso Guerra (líderes del PSOE clandestino del interior) lideraron el partido desde entonces y asumieron los postulados de la
socialdemocracia europea abandonando definitivamente el marxismo en
1979 (no sin dificultades: Felipe González llegó a dimitir tras perder una primera votación, forzando la repetición extraordinaria de la misma). Este camino fue apoyado en las urnas y se convirtió en el
partido hegemónico en el centro-izquierda tras las primeras
elecciones democráticas en 1977, posición que reforzaría en 1979
cuando, además, conseguiría llegar a las principales alcaldías
españolas. Después de participar activamente en la construcción de
los consensos políticos (Constitución 1978) y económicos (Pactos
de la Moncloa), los socialistas optaron por ejercer una dura
oposición en los últimos años del gobierno de UCD. En esta
estrategia destaca la moción de censura de 1980 contra
Suárez, derrotada pero un éxito de imagen. En las elecciones de 1982 los socialistas basaron su
programa en la idea de cambio, además, la unidad del PSOE
contrastaba con la descomposición de la UCD y Felipe González era
un candidato muy popular.
Las
cómodas mayorías parlamentarias del PSOE durante los 80 (elecciones
de 1982, 86 y 89, todas con mayoría absoluta) se vieron favorecidas por la falta de una oposición
política unida. En el centro-derecha UCD desapareció y el
CDS, un partido centrista con el que Suárez intentaba volver a la
política no se consolidó electoralmente. Alianza Popular, por su
parte, atravesó varias crisis de liderazgo con idas y venidas de
Fraga al frente del partido (nota: si os aburrís mucho, buscad "Antonio Hernández Mancha" en Google. No os arrepentiréis...) . En la izquierda, la fuerza electoral del
PSOE arrinconó al PCE, que buscó aliados en una nueva coalición, Izquierda Unida. Sin embargo, se vio muy afectada por la crisis del comunismo y la caída del muro.
Los
socialistas apostaron por una política socio-liberal para resolver
la crisis económica, mucho más a la derecha que lo que deseaban sus seguidores históricos y los sindicatos. Se hizo una reconversión industrial de las
empresas públicas deficitarias del INI: se cerraron factorias
navales y siderúrgicas lo que provocó una fuerte contestación
social en las ciudades afectadas cómo Ferrol; otras, como SEAT,
fueron privatizadas. Pero esto se acompañó de medidas para
desplegar el Estado de Bienestar: se universalizaron las pensiones
con las no contributivas y la sanidad (Ley General de Sanidad de
1986). También se organizó la enseñanza en educación pública,
privada y concertada (otro guiño a los sectores conservadores de la sociedad) y se intentó modernizar la enseñanza ( LOGSE,
1990) y el sistema de becas. Para sostener el gasto social que
implicaban esas medidas se intentó diseñar un sistema fiscal redistributivo basado por primera vez los impuestos
directos sobre los indirectos, quizás demasiado poco ambicioso.
Esta política económica llevó al enfrentamiento progresivo con los grandes sindicatos, CCOO (comunista) y sobre todo UGT, el sindicato hermano, que tras muchos intentos de conciliación terminará rompiendo con el PSOE con la huelga general del 14 de diciembre de 1988, la más importante en la historia de la democracia, en respuesta a la Ley de Empleo Juvenil que proponía el Gobierno (Ver detalles al final). Por otro lado, se buscó no "asustar" a los grandes poderes económicos, aunque a los pocos meses de acceder al poder se nacionalizó RUMASA, holding de empresas de Jose María Ruiz Mateos, notorio opositor de la izquierda (además de "creativo" al cumplir con sus deberes fiscales y contables, lo que permitió usarlo como escarmiento y a la vez proteger a los consumidores). Tras una época de crisis hasta 1985, el quinquenio 85-90 será de enorme crecimiento de la economía y (novedad) de la renta per cápita.
Además, se hicieron efectivos los
traspasos de competencias del Estado a las Autonomías sin grandes
dificultades dado que el PSOE controlaba en los años 80 la mayor
parte de las Comunidades Autónomas, descentralizando capítulos tan importantes como la sanidad o la educación.
Finalmente, se realizaron reformas en temas tan espinosos como el aborto, legalizándolo en determinados supuestos o actualizando el Código Penal para intentar adaptar las penas a la rehabilitación.
En cuando a la política internacional, la
integración de España en la Comunidad Económica Europea fue el gran objetivo del gobierno socialista, ya que era vista como una
muestra de la solidez democrática española. González impulsó las
negociaciones contando con un amplio consenso político, casi inédito. El 1 de Enero de 1986 se
lograba la incorporación española junto con la portuguesa a la CEE.
La adaptación a la Europa comunitaria fue una de las principales causas de la reconversión
industrial (la UE no permite apoyos artificiales a empresas deficitarias para no afectar a la competencia) y afectó al sector primario (cuotas lácteas) pero, a cambio, dio acceso al capital europeo y a los fondos de
cohesión. En los años siguientes, España desarrolló un papel
activo en los siguientes pasos de la integración comunitaria: el
Tratado de Maastricht con el que nació la Unión Europea (1992) y
la negociación para adoptar el Euro como moneda (ya en 2002 con el PP en el poder).
Más polémica fue la OTAN: la entrada en 1981 con la UCD que
fue rechazada por la izquierda. Antes de llegar al gobierno, el PSOE
se opuso y pedía que la decisión fuera tomada en referéndum. Al llegar al gobierno cumplieron su promesa y convocaron ese referéndum en 1986, pero las cosas se ven de otra manera desde el gobierno y se pidió el "Sí" a la permanencia, que ganó por los pelos (digamos que la derecha no mostró una excesiva coherencia y pidió la abstención, con la nada disimulada intención de debilitar al gobierno). Los votantes de izquierdas vieron este cambio como una traición, como se ve en la canción adjunta (letra en comentarios):
También en política exterior, el
gobierno se acercó a los países latinoamericanos y mediterráneos y
en 1992 eventos, como los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo
de Sevilla, constataron las transformaciones españolas y se utilizaron para promover grandes obras públicas como el AVE (primera línea Madrid-Sevilla)
El
terrorismo etarra cometió atentados masivos en los años 80 como el de
Hipercor de Barcelona. España consiguió la implicación de
Francia en la lucha antiterrorista, cuando antes Francia era un santuario para los etarras, pero también financió con fondos
públicos a los GAL, un grupo antiterrorista que asesinó a personas vinculadas con
ETA.
Este
fue uno de los más graves escándalos revelados, después de
diez años con mayorías absolutas: numerosos casos de corrupción (caso Juan Guerra, hermano del vicepresidente, Roldán, Filesa...) y la crisis económica de principios de los 90 lastraron el
PSOE en las elecciones de 1993, reteniendo el gobierno con mayoría simple gracias a un
pacto con CiU. En los años 90 el descontento fue capitalizado por
una oposición renovada. Alianza Popular se refundó como Partido
Popular (1989); el nuevo líder fue José María Aznar, presidente de
Castilla y León, mientras que Fraga abandonó la política nacional
para ser presidente de la Xunta de Galicia. La renovación del PP fue
también de ideas y Aznar adoptó el centro-derecha como posición
política del partido (por lo menos durante unos años...)
Los
problemas de corrupción continuaron durante los años siguientes: el
Partido Popular hizo una dura oposición (con el mantra "Váyase, señor González"), y logrando debido a esa presión y nuevos escándalos el adelanto de las elecciones en 1996. En esas elecciones
el Partido Popular ganó la primera posición por un estrecho margen
pero gracias al apoyo de PNV y CiU, Aznar fue presidente del gobierno
provocando la salida de la Moncloa de Felipe González.
El período de gobierno de Felipe González fue de casi 14 años, algo probablemente irrepetible en el futuro. Cualquier juicio que se realice sobre una etapa tan larga va a tener necesariamente luces y sombras; paradójicamente, hoy en día los sectores más conservadores tienen una visión positiva de González (no era así cuando gobernaba), mientras que sectores progresistas ven sus gobiernos como una oportunidad perdida. Lo indiscutible es esto: Alfonso Guerra afirmó al llegar al gobierno que a España "no la iba a reconocer ni la madre que la parió", y tuvo razón: la España de 1996 no tenía nada que ver con la de 1982, y es muy difícil defender que el cambio fuera a peor.
Nota final: La Ley de Empleo Juvenil buscaba acabar con el desempleo de los jóvenes mediante el taxativo método de rebajar el salario de los jóvenes de 18 a 30 años respecto al resto de los trabajadores y bonificar al empresario por contratarlos, de tal manera que el coste de un trabajador joven sería para el empleador un 90% inferior al de un trabajador "normal". Si hubiera entrado en vigor (se retiró tras la huelga general), supongo que lo siguiente hubiera sido llegar al pleno empleo reinstaurando la esclavitud...
El período de gobierno de Felipe González fue de casi 14 años, algo probablemente irrepetible en el futuro. Cualquier juicio que se realice sobre una etapa tan larga va a tener necesariamente luces y sombras; paradójicamente, hoy en día los sectores más conservadores tienen una visión positiva de González (no era así cuando gobernaba), mientras que sectores progresistas ven sus gobiernos como una oportunidad perdida. Lo indiscutible es esto: Alfonso Guerra afirmó al llegar al gobierno que a España "no la iba a reconocer ni la madre que la parió", y tuvo razón: la España de 1996 no tenía nada que ver con la de 1982, y es muy difícil defender que el cambio fuera a peor.
Nota final: La Ley de Empleo Juvenil buscaba acabar con el desempleo de los jóvenes mediante el taxativo método de rebajar el salario de los jóvenes de 18 a 30 años respecto al resto de los trabajadores y bonificar al empresario por contratarlos, de tal manera que el coste de un trabajador joven sería para el empleador un 90% inferior al de un trabajador "normal". Si hubiera entrado en vigor (se retiró tras la huelga general), supongo que lo siguiente hubiera sido llegar al pleno empleo reinstaurando la esclavitud...
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